Sabado, 16 de Octubre 2021
El hermano Felipe me ha invitado a dar un paseo esta mañana para que conozca la ciudad de Juba. Me indicó que me reuniera con él en la cocina para tomar un desayuno ligero a las 5:15 de la mañana (¡un poco antes de mi hora habitual de levantarme! Sin embargo, fue bueno salir tan temprano porque era la hora más fresca del día, la hora en la que caminar sería más agradable). Conseguí levantarme a tiempo y, tras un café y una fruta, emprendimos un paseo de ida y vuelta de dos horas que nos llevó hasta el magnífico río Nilo, que cruzamos antes de dar la vuelta y volver a casa. Los lugares y los sonidos del camino fueran interesantes y reveladores: mucha mucha gente, alguien recién salidos de estructuras muy humildes construidas con metal corrugado que supongo que eran probablemente las únicas casas que tenían, mujeres con coloridos trajes tradicionales que llevaban grandes cantidades de plátanos u otras cosas en la cabeza, señores que atendían puestos en la acers que vendían bebidas y alimentos, así como otros puestos que vendían todo tipo de cosas. También había algunos vendedores ambulantes con artículos de ropa o fundas para teléfonos móviles u otros productos. Se movían por las calles con la esperanza de encontrar clientes para sus productos. Me resultaron interesantes los pequeños taxis de tres ruedas que había por toda la ciudad: una rueda delante y dos detrás. Están construidos para llevar al conductor, en la parte delantera, y sólo dos pasajeros en la parte trasera. Había vehículos convencionales, por supuesto, como en cualquier otra ciudad, pero había mucha más gente caminando por las calles. A medida que nos acercábamos al majestuoso río Nilo, había un gran número de personas que se desparramaban por el estrecho puente peatonal adyacente al carril de tráfico, y todos caminaban hacia Juba. Mucha gente, incluidas algunas de las mujeres que he descrito anteriormente, con sus coloridos trajes y haciendo equilibrios sobre sus cabezas. El hermano Felipe y yo tuvimos dificultades para cruzar el puente porque nosotros, y un pequeño puñado de personas más, íbamos en dirección contraria al tráfico local. ¡El hermano Felipe es un buen caminante! Volvimos a la Casa de Solidarity y pude darme una nueva ducha y descansar y relajarme un poco. El padre Jim estaba ausente cuando llegué, pero regresó el viernes por la tarde y así comenzamos nuestra serie de reuniones, en las que me informó de todo tipo de historias, hechos y detalles del proyecto de Solidarity with South Sudan. He recibido mucha información que necesitaré algún tiempo para asimilar y contextualizar completamente. Las reuniones con Jim han sido buenas, y estoy encantado de estar aquí y de participar en este proyecto. A lo largo de los días, he conocido a otras personas interesantes: el padre Christy John, CFM, de Sri Lanka, y la hermana Gabrielle, OLA, de Irlanda, ambos basados en el Centro Pastoral del Buen Pastor en Kitt, y el padre George, un sacerdote de Uganda que está trabajando con la Iglesia en Sudán del Sur para desarrollar un plan pastoral integral para el país. |
Date Published:Nov 10, 2021 Author:David About the Author:Descriptor: Mission Promoter Article Tags:South Sudan; Blog; Solidarity |