En mi clase de hoy, hemos continuado nuestra exploración del tema «La espiritualidad del maestro», centrándonos en la idea del maestro como profeta y sanador, inspirada en Lucas 4:16-21: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Dios me ha ungido».
San Juan Bautista de LaSalle
Compartí con los alumnos la maravillosa historia de Juan Bautista de LaSalle, el fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. De LaSalle fue sacerdote en la Francia del siglo XVII, en una época en la que ser sacerdote llevaba un gran estatus. Fue nombrado «canónigo» de la catedral de Reims, lo que implicaba un «benefiche» (un ingreso garantizado). Sus únicas obligaciones como canónigo eran reunirse con los demás canónigos de la catedral unas cuantas veces al día para celebrar el Oficio Divino y la Santa Misa, asesorar al obispo siempre que éste le pidiera consejo y, a la muerte de un obispo, recomendar quién debía sucederle. Una vida bastante fácil, ¿no?
Sin embargo, la historia de De LaSalle es una «historia de Jesús», que nos recuerda -como todas las historias de los santos- cómo eligió Jesús vivir su vida. San Pablo nos dice en su carta a los Filipenses que la vida de Jesús estuvo marcada por la «kenosis», por el vaciamiento de sí mismo: «Aunque tenía la forma de Dios, Jesús no consideró que la igualdad con Dios fuera algo a lo que aferrarse. Al contrario, se despojó de sí mismo, tomando la forma de un esclavo, naciendo a semejanza de los hombres» (Filipenses 2). Dios, en Jesús, se siente movido a este tipo de kenosis, a este tipo de vaciamiento de sí mismo, porque se identifica tan profundamente con nosotros, con la condición humana, que desea compartirla de todas las formas imaginables, incluida la propia muerte.
Ahora, De LaSalle nos recuerda a Jesús en el sentido de que él, en su propio tiempo y lugar, trató de hacer exactamente lo mismo que Jesús, aunque por supuesto dentro de los límites de su condición humana. De LaSalle se siente conmovido por la situación de los jóvenes pobres de la calle en Francia -poca o ninguna supervisión por parte de sus padres, o quizás habiendo sido abandonados por sus padres o quizás sus padres están muertos, corriendo por las calles, metiéndose en problemas, quizás incluso siendo arrastrados a cosas que hoy describiríamos como prostitución o «tráfico de personas»- y se siente inspirado a hacer algo para que estos jóvenes, abandonados y olvidados por todos, tengan algunas opciones en la vida.
Los Hermanos de LaSalle enseñan a leer, escribir y calcular, pero también religión. Quiere que estos chicos tengan una felicidad ahora, y en la vida futura.
