| El Santo Padre, el Papa Francisco, vendrá a Sudán del Sur, pero no este julio de 2022. Su posposición de este bendito viaje de la cristiandad, en las personas del Papa Francisco, el Arzobispo de Canterbury Justin Welby y el Moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, Rt. Rev. Dr. Iain Greenshields, es, tal vez una bendición añadida y una oportunidad para profundizar y reflexionar sobre lo que significa este viaje histórico.
Cuando se habla con personas de la vida cotidiana en Sudán del Sur en la calle, en Konya-Konya, el gran mercado al aire libre de Juba, en la aldea semirrural de Kit, volando a Wau o Yambio y hablando con los estudiantes del Instituto de Formación de Profesores o los aprendices de enfermería, en clase y supervisión, todos dicen: «…¡el Santo Padre viene a secar nuestras lágrimas!». Se han derramado y perdido años de lágrimas en este país fragmentado y luchador, que surge de las cenizas de décadas de guerra y se tambalea para ponerse en pie, asumir su identidad y crecer como Nación. Nuestros líderes cristianos, repitiendo las palabras de Jesús: «Rezo para que todos sean uno (Jn 17,21)», insuflan «esperanza», con la fuerza del Espíritu Santo, a un pueblo que se desespera, al perder más de 400.000 personas en la guerra y, aún ahora, más, en los continuos asesinatos, violaciones, secuestros y conflictos que asolan a las familias y a la tierra. ¡»Rezo para que todos sean uno», en la «reconciliación», que presupone el «perdón» – un haber sido «dado a», y así poder tomar del almacén interior y «entregarlo», reconciliar, reunir! Somos un pueblo, una nación, desde el momento de la alegría y la celebración de la independencia duramente conquistada. El vínculo de la «unidad», aunque frágil, sigue vivo y es una posibilidad de progreso, orden y crecimiento, desarrollando una mentalidad y un enfoque ascendente y externo para resolver las diferencias y cerrar las heridas. La construcción de la paz es un proceso gradual que debe ser coherente e integrador a todos los niveles. Requiere «resistencia» y el pueblo de Sudán del Sur es heraldo de la resistencia en los momentos más difíciles. No abandonan la lucha. Pero, ¿qué tipo de «lucha» merece la pena continuar? ¿Es ahora la construcción de la «paz» y de la Nación en la reconciliación, la justicia y el perdón, una posibilidad unificada y deseada? Nuestros líderes de la Iglesia vienen con esta intención. Son portadores de un «amor», que han recibido de Cristo, y así desean encenderlo en nuestros corazones y vidas: «…que todos sean uno». Aprovechemos este tiempo intermedio de espera y preparación de su visita a nuestro país como la oportunidad que debe ser, haciéndonos más responsables, tomando la iniciativa y realizando pasos a favor de la paz, la reconciliación y la unidad. Entonces, el significado de este próximo «Viaje Histórico» de nuestros Hermanos y Líderes en nuestra Fe Cristiana no habrá sido en vano, y mucho más allá de su «secar de todas nuestras lágrimas». Hagamos, como ellos, que el viaje de la esperanza, de la paz, de la reconciliación, del perdón, del amor y de la unidad se haga carne entre nosotros, para nuestro futuro y el de nuestros hijos. |
Date Published:29 June 2022 Author:Sr. Terezinha Esperança Merandi, MSC, Good Shepherd Peace Center
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