Nos sentimos profundamente conmovidos cuando meditamos sobre la injusta y dolorosa pasión y muerte de Jesús en la cruz. Esas horas de intenso sufrimiento físico y espiritual, sintiéndose abandonado por todos, incluso por su Padre, que recordamos cada año en Semana Santa, nos hacen reflexionar sobre el bien y el mal, el amor y el odio en nuestras propias vidas, en nuestras comunidades y en el mundo. En el caso de Jesús, lo que llama la atención es que se sometió voluntariamente a esta aflicción por amor a su Padre y a todos nosotros. En solidaridad con los seres humanos, Jesús dio su vida por la salvación de toda la creación. Y nos dejó el testimonio más sublime del amor humano. Y el amor prevaleció sobre el odio, la vida sobre la muerte. El amor tiene la última palabra porque Dios es amor. Este es el mensaje de esperanza que nos da Jesucristo resucitado, y que nos permite hacer frente a nuestras tribulaciones en esta vida.
La historia de la joven república de Sudán del Sur se parece a la pasión y muerte en cruz de Jesús. Tantas personas han sido crucificadas debido a las luchas tribales por la hegemonía del poder y el uso de los recursos naturales. Tantos han tenido que huir del país y vivir en campos de refugiados en países vecinos. Tantos religiosos han sido martirizados en Sudán del Sur. La paz, la justicia, el perdón y la reconciliación son necesarios en este joven país. Y sólo el amor puede liderar este proceso que a los ojos de los seres humanos parece imposible de alcanzar, pero para Dios todo es posible. Solidarity with South Sudan, a través del testimonio fraterno y comprometido de sus 19 miembros de diferentes congregaciones y países distribuidos en las 4 comunidades: Riimenze, Yambio, Wau, y Kit; y la colaboración de más de 260 congregaciones, y de los laicos en Sudán del Sur y en Roma, está dando testimonio de amor y esperanza al pueblo de Sudán del Sur. Quisiera terminar este mensaje de Pascua citando parte de la homilía del Papa Francisco en Juba durante su viaje apostólico a Sudán del Sur: «Sí, la preocupación de Pablo es también la mía, al reunirme aquí con vosotros en nombre de Jesucristo, el Dios del amor, el Dios que alcanzó la paz a través de su cruz; Jesús, el Dios crucificado por todos nosotros; Jesús, crucificado en los que sufren; Jesús, crucificado en la vida de tantos de vosotros, en tantas personas de este país; Jesús, el Señor resucitado, el vencedor del mal y de la muerte. He venido aquí para anunciarlo y para confirmaros en él, porque el mensaje de Cristo es un mensaje de esperanza. Jesús conoce vuestras angustias y la esperanza que lleváis en el corazón, las alegrías y las luchas que marcan vuestras vidas, las tinieblas que os asaltan y la fe que, como un canto en la noche, eleváis al cielo. Jesús os conoce y os ama. Si permanecemos en Él, nunca debemos temer, porque también para nosotros cada cruz se convertirá en resurrección, cada tristeza en esperanza y cada lamento en danza». Deseamos a todos nuestros lectores mucha Alegría y Paz en la Semana Santa. «Cristo ha Resucitado. Cristo ha Resucitado verdaderamente». Hno. Carlos Josè Ferrada Montero, SVD Solidarity Board Member
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Date Published:03 Abril 2023 Author:Hno. Carlos Josè Ferrada Montero, SVD
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