El Solidarity Teacher Training College (STTC) ofrece una formación de calidad para convertirse en profesor de primaria y obtener una certificación con validez nacional. Para muchas personas es una oportunidad de formarse y emanciparse de situaciones familiares difíciles y de pobreza grave. Esta es la historia que María, estudiante del STTC, compartió generosamente con nosotros:
«Vengo de Wau. Somos una familia de siete hermanos y tres hermanas. Mi padre tenía otra familia con su segunda esposa, era bastante mayor y no podía mantenernos. Yo crecí en circunstancias muy difíciles, siendo mi madre la única que cuidaba de nosotros. Por desgracia, cuando yo tenía siete años, mi madre sufrió una depresión psicológica que nos hizo la vida muy difícil. Para protegerme de esa situación, mi tía me llevó a su casa durante un tiempo para que cuidara de su hijo y, al mismo tiempo, fuera a la escuela. Sin embargo, me pegaban y maltrataban a pesar de que sólo tenía 7 años, con el pretexto de que no trabajaba lo suficiente. Mi madre murió cuando yo tenía 10 años y volvimos a encontrarnos sin hogar, ya que mi padre, con su segunda esposa, no podía hacerse cargo de nosotros. Un año después, mi padre también murió. Mi tía volvió a acogerme para ayudarla con el bebé de su hija. Sin embargo, un día llegué tarde de la escuela y una vez más me ordenaron que abandonara la casa porque no había cumplido con mi deber. Tuve que buscar un lugar donde quedarme y esta vez me acogió un tío, hermano de mi padre. Aunque la vida era difícil, mi tío pagaba mis estudios y yo tenía comida porque hacía todo el trabajo de la casa. Cuando tenía 15 años, tuve que conseguir mis cosas personales, como jabón, ropa y material escolar. Esto me llevó a asistir a diferentes cursillos en los que me proporcionaban estas cosas y pude mantenerme. Así pude terminar la escuela primaria. Por suerte para mí, durante uno de estos encuentros el director de la ONG me animó a continuar mis estudios, bromeando y diciendo que algún día podría llegar a ser Ministra de Educación. Me puso en contacto con unas monjas de Wau, lo que me dio mucha alegría y valor. Aunque pensaba que algún día me casaría, no seguí ese camino. Seguía visitando a las monjas y ellas me animaban a ser paciente y valiente. Mi contacto con Solidarity es un don divino. Aunque mi inglés no era bueno y mis dificultades pasadas no me permitían tener buenas experiencias, a pesar de mi dolor, me di cuenta de que Dios tiene un plan para mí. La hija de mi tía, al enterarse de que estaba estudiando, decidió apoyarme y pagó mis estudios durante un semestre. Agradezco a Dios la vida que tengo. Mi viaje con Solidarity ha sido realmente una gran bendición. La comunidad de Solidarity ha desempeñado un papel importante en mi vida, nutriéndome y cuidándome. Me abrazaron y me acogieron calurosamente en la Facultad de Educación. Esto marcó el comienzo de mi felicidad. El amor y el apoyo de mis compañeros, mis tutores y la comunidad de Solidarity fueron abrumadores. Cada vez que me ponía enferma, se aseguraban de que recibiera los cuidados necesarios. Todas mis necesidades físicas y mis compromisos escolares fueron atendidos con excelencia. Al principio tuve dificultades en varias asignaturas, pero ahora estoy al mismo nivel que mis compañeros y eso me hace muy feliz. Aunque me enfrento a muchos retos cuando regrese a casa, estoy agradecida de volver a la escuela, donde la vida sigue siendo buena. Agradezco profundamente al equipo del Solidarity Teacher Training College sus enormes esfuerzos, su paciencia y su amabilidad. Que Dios los bendiga a todos. Doy gracias a Dios por el don de formar parte del Solidarity Teacher Training College».
Maria Angura Urayo Estudiante de primer año de STTC Julio 2024 |
Date Published:09 August 2024 Author:STTC team
Article Tags: Noticias, Sudán del Sur, Solidarity, Formación de profesores, Historias de vida |